martes, 4 de octubre de 2016

Hermanos: tan diferentes y a la vez tan iguales. Alex versus Paula


Como es la vida que dos seres nacidos en la misma familia puedan ser tan diferentes en algunas cosas y a la vez tan similares en todo. Me explico, mis hijos si los ves de primeras pensarías que son completamente diferentes, tanto físicamente como de carácter, pero si te fijas bien y los conoces, te das cuenta que realmente no son tan diferentes, se parecen en muchas cosas. Supongo que el trato, el cariño, la educación que reciben es la misma y todos esos valores que les inculcamos en el día a día se perciben igual aunque cada uno los matiza según su carácter, por eso pueden parecer diferentes.

En el post de hoy os voy a hablar de lo diferentes y a la vez similares que son mis dos amores.

Al nacer ya fueron físicamente diferentes. Alex de bebé era de piel muy blanca y calvo, el poco pelo con el que nació se le cayó en dos días y ahora es mi rubiales. En cambio Paula fue mi morenaza desde el primer día. Nació con mucho pelo negro que se convirtió en melena en pocos meses. Eso sí, las facciones no dejan de ser las mismas, los dos tienen la cara redondita, mofletes y sin apenas nariz, éstos son sus rasgos más característicos. Los dos siempre han sido mis gordis, se han criado bien hermosos y rollizos. Lo dicho, parecen diferentes por el tono de pelo o piel, pero en el fondo se parecen mucho.

Respecto a gustos alimenticios también son diferentes. Mientras al niño le encanta la manzana y el melón, cosa que la nena no quiere ver ni en pintura, Paula se vuelve loca con las fresas, cosa que Alex no soporta por su textura. Eso sí, los dos comen frutas y las preferidas de ambos son el plátano y los zumos de naranja. Los dos son comilones y golosos, les encantan los helados, galletas y chocolate. Eso sí, mientras Alex se come lo que le pongan aunque no le guste, Paula no come nada que no le guste, todo lo escupe, quiero pensar que aún es pequeña y cambiará, porque sino lo llevo mal.

En mi casa somos muy besucones así que los dos aprendieron pronto a dar besitos. Mientras mi niño es el más cariñoso del mundo y demuestra su cariño repartiendo besos a todo el mundo, mi niña es más reservada y sólo es cariñosa con las personas más cercanas a su día a día, eso sí, con los más allegados le encanta poner su carita en tu boca para que no pares de darle besitos. Los dos son cariñosos, porque es lo que han vivido en casa, pero cada uno a su manera.

Cuando mi gordi era pequeño (bueno, y ahora también) se iba con todo el mundo, saludaba y sonreía a todo el mundo; pero mi pequeña gorda no podríamos definirla como mis simpatía, más bien al contrario, no se va con nadie que no seamos nosotros, tiene que tener muy buen día para que no gruña si alguien le dice "te vienes conmigo", pero cuando intimas un ratito con ella, ya te la has ganado. Jajaja!!! Son tremendos, cada uno a su manera, pero ¿qué haríamos si todos fuéramos iguales?, en la variedad de carácter está el gusto. A Paula le cuesta más sonreír, pero como dice su tieta los dos tienen una sonrisa que enamoran.

Alex desde siempre ha sido un niño tranquilo y pachorrón, es más, siempre ha huido de todos aquellos niños terremotos. Y porque la vida siempre nos enseña cosas, vino Paula, culo inquieto y puro nervio. Este contraste hace que se compensen y complementen y consigamos un equilibrio en casa, ni tanta tranquilidad ni tanto nervio. 


Mi niña es una cabezona, no se le olvida nada y si quiere algo, no para hasta conseguirlo, por mucho que le digas mil veces que eso no lo puede hacer. En cambio, el nene siempre ha sido bastante conformista, lo puedes despistar fácilmente y llevártelo a tu terreno sin problemas. Eso sí, cuando se le mete entre ceja y ceja conseguir algo, es persistente y trabajador hasta que lo consigue, un valor digno de mención para un niño. Esta es una muestra de a qué me refería: son diferentes pero a la vez iguales.

Espero que os haya gustado y que hayáis conocido un poquito más a mis dos babys.



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