Considero que una de las más importantes formas de aprender es a través de la observación y repetición, por lo que mis dos hijos, como buenos aprendices de la vida, son dos imitadores natos. En este post quería hablaros de esta faceta de imitadores que tienen desde bien pequeños y como ha ido evolucionando. Desde que mis hijos eran pequeños, con apenas unos meses, a toda mi familia, incluida yo, nos gustaba enseñarle a hacer gestos cuando decíamos algo, para que luego nos imitaran. "¿Hasta donde estás de la yaya?" les decíamos, a lo que ellos muy obedientemente respondían poniéndose una mano en la cabeza, mientras nosotros decíamos: "Hasta ahí". Y así le íbamos enseñando, a base de repetición e imitación, todo lo que queríamos: más gestos, dar palmas, tirar besos voladores... E incluso a partir del año a decir papa o mama, sí así de cansinos somos, a base de repetir 50 veces "ma-ma, pa-pa", un día acabaron diciéndolo, aunque un poco más y nos dicen "mama pesada".
Sobre el año y medio o dos comienzan a imitar sin que se lo digas. Cuando me enfadaba con Paula, cruzaba los brazos y ponía cara de pocos amigos, pués ella hacía lo mismo y se reía, por lo que poco me duraba el enfado. Y no solo en gestos, también en palabras o sonidos. Sin darme cuenta, cuando les digo que algo está bueno, les digo: "Mmmm, qué bueno!" y llegó un día que al preguntarle si está buena la comida, te responden: "Mmmm".
Y de los gestos y sonidos, pasamos a imitar las palabras o frases hechas. Alex aprendió los números del 1 al 10 antes de cumplir los dos años y sin nosotros querer enseñárselos. Vivimos en un ático sin ascensor, así que desde bien pequeño, antes de los dos años, para subir las escaleras de forma divertida, mi marido contaba del 1 al 10 los escalones cantando. Y un día, subíamos las escaleras y se puso a contar él solo y sí, para nuestra sorpresa se sabía los números perfectamente. Y ya con 3 años comenzó a decir frases "tic" que decimos habitualmente. Por ejemplo: Si te lo comes todo rápido, te pongo los dibujos. a lo que él respondía: "¿En serio?" (típica frase mía). "Vaya hombre!" dice cuando algo no le sale bien.
La verdad es que los niños son esponjas y aprenden todo lo que oyen y ven, lo bueno y lo malo. Y digo lo malo también, porqué tienes que vigilar bien lo que dices, porque luego lo repiten. Mama, mira lo que hace la Paula, es una salvaje (cosas de mi madre). Yaya, la Paula me tiene frito (mea culpa). Mi hermano cuando juega con él y pierde, le dice: Pringaooo!!! Están jugando y Alex se ríe, pero cuando pierde mi hermano o la persona con la que esté jugando, los llama pringaos.. Y no me gusta nada, porque aunque conoce el contexto en el que utilizar esta palabra, no creo que sepa bien bien lo que significa. Lo dice jugando, pero miedo me da el día que la utilice en el colegio. Y estos son solo unos ejemplos.
A veces se adelanta a mis palabras y pone en su boca lo que iba a decir. "Alex, se va a hacer lo que yo diga"... y termina mi frase diciendo "Punto y pelota". "Ya está bien chicos! Ya estoy cansada!" les digo cuando me enfado...Y continúa diciendo "Os vais a reír de otro!" Pero no, lo cierto es que diciendo esto ya se ha reído de mi... "¿Y porqué?" es su pregunta favorita, a lo que a veces no se que responder después de muchos porques y él mismo utiliza mi frase "Porque lo digo yo y punto". Pues eso mismo es lo que quería decir yo. Y podría contaros muchas más, pero creo que con estos ejemplos os hacéis una idea...
Y por supuesto está mi gran pequeña imitadora, Paula, que imita todo lo que hace y dice su hermano. Si él corre, ella también. Si se sube a un poyete y salta, ella también. Si él pinta, ella también. Si él baila, ella también. Si él dice "he ganado", ella lo repite tal cual y eso que es mujer de pocas palabras, aunque en lo que se refiere a repetir lo que dice Alex, no escatima en palabras. Si él se cae al suelo, ella también. Si, si, hasta en eso lo imita. Si él va con la bici y juega a derrapar y se tira al suelo, ella hace lo mismo con grito de guerra incluido. Y encima los dos se mean de risa, Alex porque Paula la imita y Paula porque le encanta imitarlo.
Y estos son mi dos pequeños imitadores, mis niños bonitos, que espero que no cambien nunca y sigan siendo igual de payasos y felices como lo son ahora.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Déjame tu opinión