Llegamos el viernes por la tarde y nos acomodamos en el apartamento. Como ya era tarde no hicimos nada, nos dedicamos a charlar, comer y beber. El sábado nos levantamos temprano y nos fuimos todos a visitar Besalú, un pueblo medieval con mucho encanto, lleno de calles empedradas con edificios históricos y plazas con terrazas. En una de ellas incluso encontramos un mercadillo artesanal. El tiempo nos acompaña, hace solete y bastante calor, así que nos recorremos el pueblo con calma y llegamos al famoso puente sobre el río Fluvià, Un majestuoso puente de acceso a la ciudad, a mitad del puente está la torre fortificada donde antiguamente había que pagar el tributo para poder acceder a la villa. Bajamos al río para que los niños pudieran jugar un rato y se entretuvieron tirando piedras al río y dándole de comer a unos patitos.
Foto de Besalú desde el puente |
Sobre la una nos dirigimos a Banyolas y paramos en el lago para disfrutar de las vistas y dar un pequeño paseo. Después fuimos a comer al centro del pueblo de Banyolas, unas tapitas y unas hamburguesas, ricas ricas y baratas. Después de comer, ya era bastante tarde y decidimos ir a visitar un pueblo que teníamos muchas ganas de ver ya que dicen que es precioso: Castellfollit de la Roca. Y la verdad es que visto desde abajo es espectacular, es un publecito encallado en una roca. Justo al llegar al pueblo comenzó a chispear, pero eso no nos detuvo para visitarlo, cogimos paraguas y chubasqueros y a por todas!! El pueblo muy bonito, pero desierto, aunque no me extraña, cada vez llueve con más fuerza... Llegamos al final del pueblo y decidimos volver, ya que está lloviendo fuerte y no es plan... Nos vamos para el apartamento, no para de llover y ya son las 18:30... Una pena, pero tendremos que volver en otra ocasión para visitarlo mejor...
El domingo nos levantamos temprano, ya que teníamos una reserva para la fábrica de yogures "La fageda". Hicimos el recorrido por la fábrica donde nuestro guía nos explicó como se hacen los yogures, desde como se alimentan las vacas que sacaran la leche para hacer los yogures hasta el empaquetado final. Los niños y no tan niños pudimos tocar las vacas pequeñas y ver como comen las grandes.
Una de las vacas que podías tocar |
La otra alternativa por la que nos decidimos es ir a ver los volcanes de la Garrotxa. El volcán más famoso es el de Santa Margarita, pero es un paseo de unas 4 horas y con los niños tan pequeños no creímos poder hacerlo. Para visitar la zona volcánica está la opción de coger un trenecito que te hace una ruta de una hora por los volcanes y te va explicando la historia, fauna y flora de la zona. A los niños el simple hecho de montarse en un trenecito ya les gustó y bueno, los adultos esperábamos encontrar mejores vistas, pero no estuvo mal, entretenido. El tren sale del camping Lava y allí mismo hay diferentes animalitos para que los niños vean: pavos, burros, gallinas, pajaritos, conejos,... Y una actividad para los niños que se hace allí mismo es un paseo en poni de 15 minutos por 5 euros. Alex no quiso montarse en el poni, el solo estaba pensando en subir al tren. Después fuimos a comer y de allí de vuelta a casa... Nuestra escapada llegó a su fin, ahora toca esperar a la próxima.
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